El inicio del Concurso de fuegos artificiales y su desarrollo

En 1970, en medio del estallido turístico que experimentaba la Costa Brava, el Ayuntamiento de Blanes, queriendo aprovechar la situación socioeconómica, quería impulsar el nombre de Blanes dentro del ámbito turístico mediante la promoción de alguna actividad que diera renombre en la Villa. Fue entonces cuando se decidió aprovechar la Fiesta Mayor, que se celebra a finales de julio, para potenciar uno de los actos más singulares por aquel entonces: los Fuegos Artificiales. Ese mismo año se realizó una prueba piloto con la pirotecnia Brunchú, a la que se le encargó una exhibición de fuegos mucho más espectacular que la de costumbre. Visto el éxito obtenido por la gran afluencia de público y la buena crítica de la gente de la población, el Ayuntamiento de Blanes, bajo la presidencia de su alcalde, el sr. Domingo Valls i Coll y con la colaboración del Concejal, el sr. Lluís Tremoleda, responsable de la organización, decidió organizar el Concurso Internacional de Fuegos Artificiales de la Costa Brava, que daba cabida a pirotecnias nacionales y extranjeras. En el transcurso de los primeros veinticuatro años el Concurso ha pasado por diferentes épocas en las que, sin mermar su calidad, ha experimentado diferentes modificaciones.

La plataforma de lanzamiento siempre ha sido la roca de Sa Palomera, marco incomparable situado dentro del mar en medio de la bahía de Blanes. En el transcurso de los años 1983 a 1987 el concurso experimentó un sensible cambio, ya que pasó de 3 días de lanzamiento a 4. Más tarde volvió a los 3 días originales, pero con un importante crecimiento económico de la dotación diaria. En 1985, la Alcaldesa, la sra. Dª. Ma. Dolors Oms y Bassols, para potenciar el nombre de Blanes, junto al apelativo Costa Brava, instituyó el Trofeo Vila de Blanes según diseño de la Joyería Capdevila, que está construido en plata y piedras semipreciosas haciendo alegoría a un estallido de fuegos.

Es a partir de 1996 cuando, con motivo del XXV aniversario de la fundación del Concurso y con la presidencia del Alcalde, el sr. Félix Bota i Gibert, por iniciativa del propio Alcalde y con la colaboración del Concejal de Ferias y Fiesta, el sr. Francesc Xavier Ruscalleda i Busquets, se amplía el número de pirotecnias en competición y se llega a los 5 días de lanzamiento. En 1998, la Comisión Técnica propone ampliar los días del Concurso y celebrar 6 días, y al año siguiente se amplía a 7 días

El Concurso de Fuegos Artificiales en Blanes, que ya es conocido en todo el Estado Español, cuenta con un gran prestigio entre las pirotecnias de todo el Mundo. La competitividad y la pugna de las empresas participantes por conseguir el Trofeo Vila de Blanes ha llevado al Concurso hasta los calificativos de gran espectáculo pirotécnico. De esto se han hecho eco en diferentes ocasiones todas las cadenas de TV estatales y autonómicas en Cataluña, y todos los medios de comunicación locales, provinciales y nacionales.

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El inicio del concurso de fuegos artificiales y su desarrollo

En 1970, en medio del estallido turístico que experimentaba la Costa Brava, el Ayuntamiento de Blanes, queriendo aprovechar la situación socioeconómica, quería impulsar el nombre de Blanes dentro del ámbito turístico mediante la promoción de alguna actividad que diera renombre en la Villa. Fue entonces cuando se decidió aprovechar la Fiesta Mayor, que se celebra a finales de julio, para potenciar uno de los actos más singulares por aquel entonces: los Fuegos Artificiales. Ese mismo año se realizó una prueba piloto con la pirotecnia Brunchú, a la que se le encargó una exhibición de fuegos mucho más espectacular que la de costumbre. Visto el éxito obtenido por la gran afluencia de público y la buena crítica de la gente de la población, el Ayuntamiento de Blanes, bajo la presidencia de su alcalde, el sr. Domingo Valls i Coll y con la colaboración del Concejal, el sr. Lluís Tremoleda, responsable de la organización, decidió organizar el Concurso Internacional de Fuegos Artificiales de la Costa Brava, que daba cabida a pirotecnias nacionales y extranjeras. En el transcurso de los primeros veinticuatro años el Concurso ha pasado por diferentes épocas en las que, sin mermar su calidad, ha experimentado diferentes modificaciones.

La plataforma de lanzamiento siempre ha sido la roca de Sa Palomera, marco incomparable situado dentro del mar en medio de la bahía de Blanes. En el transcurso de los años 1983 a 1987 el concurso experimentó un sensible cambio, ya que pasó de 3 días de lanzamiento a 4. Más tarde volvió a los 3 días originales, pero con un importante crecimiento económico de la dotación diaria. En 1985, la Alcaldesa, la sra. Dª. Ma. Dolors Oms y Bassols, para potenciar el nombre de Blanes, junto al apelativo Costa Brava, instituyó el Trofeo Vila de Blanes según diseño de la Joyería Capdevila, que está construido en plata y piedras semipreciosas haciendo alegoría a un estallido de fuegos.

Es a partir de 1996 cuando, con motivo del XXV aniversario de la fundación del Concurso y con la presidencia del Alcalde, el sr. Félix Bota i Gibert, por iniciativa del propio Alcalde y con la colaboración del Concejal de Ferias y Fiesta, el sr. Francesc Xavier Ruscalleda i Busquets, se amplía el número de pirotecnias en competición y se llega a los 5 días de lanzamiento. En 1998, la Comisión Técnica propone ampliar los días del Concurso y celebrar 6 días, y al año siguiente se amplía a 7 días.

El Concurso de Fuegos Artificiales en Blanes, que ya es conocido en todo el Estado Español, cuenta con un gran prestigio entre las pirotecnias de todo el Mundo. La competitividad y la pugna de las empresas participantes por conseguir el Trofeo Vila de Blanes ha llevado al Concurso hasta los calificativos de gran espectáculo pirotécnico. De esto se han hecho eco en diferentes ocasiones todas las cadenas de TV estatales y autonómicas en Cataluña, y todos los medios de comunicación locales, provinciales y nacionales.